Por Severino Peña
Buenos Aires, 16/11/2023

«El Estado anula, a su modo, las diferencias de nacimiento, el nivel social, de cultura y de ocupación al declarar el nacimiento, el nivel social, la cultura y la ocupación de las personas diferencias no políticas, al proclamar que todo miembro del pueblo, sin atender a estas diferencias, participe por igual de la soberanía popular, al tratar a cuantos intervienen en la vida real del pueblo desde el punto de vista propio del Estado. Pero ello no obsta para que el Estado deje que la propiedad privada, la cultura y la ocupación actúen a su modo, es decir, como tales propiedades privadas, cultura y ocupación, y hagan valer su naturaleza especial. Muy lejos de acabar con esas diferencias de hecho, el Estado descansa sobre estas premisas.» (Karl Marx).

«Y este es un punto especial que nos separa de los partidos políticos y de los radicales socialistas burgueses. Su política consiste en hacer uso de la política estatal reformándola y transformándola, mientras nuestra política, la única que admitimos, es la total abolición del Estado y de la política que constituye su necesaria manifestación. Quien desee seguir una política de otro tipo y no tienda con nosotros a la abolición total de la política, debe aceptar la política del Estado, la política patriótica y burguesa.» (Mijaíl Bakunin).

«Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que haya de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se desprenden de la premisa actualmente existente. Por lo demás, la masa de los simples obreros —de la fuerza de trabajo excluida en masa del capital o de cualquier satisfacción, por limitada que ella sea— y, por tanto, la pérdida no puramente temporal de este mismo trabajo como fuente segura de vida, presupone, a través de la competencia, el mercado mundial. Por tanto, el proletariado sólo puede existir en un plano histórico-mundial, lo mismo que el comunismo, su acción, sólo puede llegar a cobrar realidad como existencia histórico-universal.» (Karl Marx).

Decíamos el 12/8/2023 (leer Hay circos electorales que no hacen gracia) que «el discurso dominante en las fuerzas políticas que más chances tienen de ganar las elecciones presidenciales (Juntos por el Cambio, Unión por la Patria y La Libertad Avanza) es el de “orden” y “seguridad”»; que «la mayoría de lxs trabajadorxs ve (escucha, mejor dicho) en el discurso de “orden” y “seguridad” el ancho de espadas que le aseguraría una tranquila miserable vida». Inseguridad y desorden económicos (salarios/ingresos paupérrimos, trabajo informal y/o inestabilidad laboral, alta inflación que genera pobreza y no permite planificar/“ordenar”/estabilizar la vida de cualquier persona/familia) que alimentan (y se alimentan de) la inseguridad y desorden sociales (descomposición humana en un amplio sentido: lúmpenes que hurtan/roban/asesinan a trabajadorxs pobres, violencia interpersonal en las esferas “pública” y “privada”, etc.); por eso sintetizábamos: «la desbocada inflación promovida por [la] gestión [del ministro de Economía y candidato a presidente Sergio Massa] hace de este peroniano íspa-spa un antro de cinco estrellas estrelladas donde campea la pobreza extrema, donde los rotos se aprovechan de los descosidos, donde lxs desposeídxs se carroñan entre sí».

Tras las elecciones primarias del 13/8/2023, las mencionadas fuerzas políticas siguieron focalizándose en el “orden” y la “seguridad”, tanto que Juntos por el Cambio lo hizo eslogan (“Orden y seguridad en el país” se leía en un afiche donde se veía a Patricia Bullrich y Luis Petri —“Un país ordenado” fue el leitmotiv de las “principales propuestas” de gobierno de la alianza electoral—, “Orden y seguridad en la provincia” se leía en otro afiche donde se veía a Bullrich y al candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires Néstor Grindetti —“Con Patricia Bullrich venimos a poner la provincia en orden. Es el momento de la seguridad”, decía Grindetti en un spot de campaña—), mientras que Unión por la Patria planteó “orden fiscal” y “videovigilancia”, y La Libertad Avanza “terminar con la inflación” y “tolerancia cero” para combatir el delito.

Tras la primera vuelta electoral del 22/10/2023, la coincidencia entre Unión por la Patria y La Libertad Avanza en torno de la “seguridad” fue notable. Así, en el debate presidencial televisado del 12/11/2023, Javier Milei reivindicó la “tolerancia cero” implementada por Rudolph Giuliani en New York y Massa destacó su “coincidencia” con el candidato de La Libertad Avanza: “el libro que cuenta lo que hice en [el Municipio de] Tigre está prologado y presentado aquí en la Argentina por Rudolph Giuliani”. En su discurso del 22/10/2023 (cuando ganó la primera vuelta electoral), Massa dijo que su compromiso “es construir más orden, más seguridad”… Y haciendo del “orden” y la “seguridad” una argamasa (curiosamente esta palabra proviene del latín massa), le habló a “aquellos que eligieron otra opción pensando en la necesidad de tener una Argentina en paz, con orden, [a] esos que quieren un país sin incertidumbre y con certezas. […] Mi compromiso es construir reglas claras, frente a la incertidumbre”.

Pero también coinciden en materia económica, ya que ambos proponen implementar políticas de austeridad sobre la base de una —aún más brutal que la actual— depreciación de los salarios/ingresos, ajuste de tarifas de servicios públicos y transferencia de la riqueza (que produce el proletariado) hacia la burguesía en su conjunto, lo que —suponen ambos candidatos a presidente— generaría “orden” (las fuerzas políticas que Massa y Milei representan difieren en cómo implementar las políticas de austeridad).

Sigamos con el “orden” económico. Sergio Massa —futuro presidente de Peronia, si es que no surge un cisne negro que cambie nuestro presagio electoral de aquí al domingo 19 de noviembre—,  dice claramente en qué consiste dicho orden: reducción de “impuestos” y del “sistema tributario” para la burguesía exportadora, que “todos los desarrollos industriales” del “Norte Grande” (Catamarca, La Rioja, Salta, Jujuy) no paguen “cargas sociales”, “transformar los planes sociales en trabajo formal y registrado” por medio de la eliminación de las cargas sociales y “que el Estado aporte ese pago como parte del salario que le paga el empleador”, “0% de retenciones” a lxs capitalistas de las “33 economías regionales” (todo esto lo enumeró en el capítulo “Trabajo y Producción” del aludido debate presidencial del 12/11/2023). Más aún, de acuerdo a información de prensa divulgada a fines de octubre de 2023, Massa implementaría un “plan de estabilización de precios” que implicaría “un shock para ajustar las variables que están desalineadas”: primero una “aceleración de la inflación” (para pulverizar los ingresos del proletariado) para luego “bajarla a fuerza de emisión monetaria cero y déficit fiscal cero”. Como señala la prensa, “a fuerza de inflación Massa licúa el gasto en jubilaciones, pensiones, asignaciones y planes sociales y se compensa así su gasto electoral extra, [pero] en el mediano plazo la quita del impuesto a las ganancias a los empleados que más ganan impactará negativamente en la necesidad de equilibrio fiscal. Un eventual Massa presidente deberá resolver la herencia del Massa ministro, con este y otros problemas que él generó y otros que recibió del pasamanos de Macri y de Guzmán. Distinto es el caso de la devolución del IVA a los que menos cobran porque está incentivando la formalización del comercio masivo”. En otra nota de prensa, se remarca que dicho plan de estabilización de precios “implicaría una devaluación inicial del peso y una suba de tarifas de servicios públicos —habrá que ver si Sergio Massa toca no sólo la energía y el agua sino también el transporte público después de la campaña que hizo—, lo que impactaría aún más en la inflación en el corto plazo. También consistiría en un ajuste fiscal [con] podas de gastos. Todo un cóctel imposible de explicitar en campaña al votante más fiel. Además los programas de shock antiinflacionarios suelen anunciarse por sorpresa” (la información de prensa fue extraída de tres notas publicadas en elDiarioAR). Todo esto lo planteó Massa hoy (16/11/2023) frente a empresarixs del Consejo Interamericano de Comercio y Producción: “recuperar el orden fiscal” por medio del “déficit cero o con resultado positivo”, “eficiencia en el gasto de la administración pública” vía “capitalización” y reducción del “gasto de administración” de las empresas públicas, “crecimiento de la recaudación por aumento de las exportaciones” (habló de bajar retenciones “en trigo, maíz y soja”), lograr un “incremental de exportaciones industriales” (“cada dólar de exportaciones va a pagar cero impuestos internos”); ante la burguesía, ¿habló Sergio Tomás Sarasa o habló Sergio Plan Massa? Al menos notamos una continuidad discursiva en sus apariciones públicas y lo que deja trascender a la prensa.

Si bien no era parte de un “plan de estabilización”, ya antes de la cuarentena “sanitaria” de 2020 el balcanizado gobierno de Fernández-Fernández que integra Massa se congració con la burguesía urbana y no urbana por medio de diferentes medidas económicas. Así, por medio de la “Ley de solidaridad social y reactivación productiva en el marco de la emergencia pública” sancionada al inicio de la gestión presidencial, condonó deudas que empresarixs pyme (que son lxs más negrerxs entre lxs capitalistas) tenían con el Estado; igualmente, un amplio conjunto de capitalistas del “sector primario” (minería, hidrocarburos, etc.) se benefició con la baja de retenciones aplicada por el actual gobierno peronista. Al mismo tiempo, si bien el Estado utiliza la devaluación (retenciones, manipulación del  tipo de cambio) para intentar recomponer la tasa de ganancia capitalista, se verá cómo se integra el uso de dicha herramienta de política económica en algún “plan de estabilización” (si es que existe tal “plan”) del próximo gobierno de Massa, más allá de la reducción de impuestos y la eliminación de retenciones para determinados sectores de la burguesía ya anunciados por el candidato y ministro de Economía.

Para hacer de Peronia “un país sin incertidumbre y con certezas”, Massa, como pater familias del partido del orden (el peronismo), ya tiene el necesario apoyo interno (sindicatos, movimiento “piquetero”, burguesía pyme —nac&pop por definición—, además de los gobernadores que lo impusieron en la interna peroncha —cuando se bajó de un hondazo la fórmula “kirchnerista” De Pedro / Manzur—); ahora necesita un respaldo político más amplio, de ahí el planteo —reiterado una vez más en el debate presidencial del 12/11/2023— de “un gobierno de unidad nacional” integrado por “los mejores, de distintas fuerzas, sin importar el origen político”; pero el principal respaldo político —lo que en política se denomina “legitimidad”— vendrá de la “soberanía popular” que se expresará en las urnas el 19/11/2023…

En esta nota presagiamos el triunfo de la fórmula peroncha Massa-Rossi, pero, en caso de que gane Milei, su espacio electoral también intentará “ordenar” la economía vía devaluación brutal del peso, generando así una miseria aun más pasmosa que la actual. Como expresamos hace cinco años en Ni el FMI ni el neoliberalismo: el problema es el capitalismo (noviembre de 2018), “sobre un brutal disciplinamiento social de la clase trabajadora se sale de las crisis capitalistas: durante el gobierno de Menem el Capital no pudo haberse recuperado sin la pobreza del 40% y la hiperinflación que pulverizó los salarios reales en 1989; durante el gobierno de Kirchner el Capital no pudo haberse recuperado sin la pobreza del 50% y la brutal devaluación que pulverizó los salarios reales en 2002”. Gane Massa o Milei, los costos capitalistas serán pagados por el proletariado (asalariadxs en particular y desposeídxs en general). Por supuesto, está por verse si se materializa el consenso político (“gobierno de unidad nacional” en palabras de Massa) que posibilitaría una “salida” capitalista para (como dirían Macri y Bullrich) vivir en un “país normal”. No tenemos dudas de que Massa, como personificación del único “partido del orden” (el “movimiento peronista”), tendrá más posibilidades de lograrlo, ya que controlará a lxs asalariadxs (por medio de los sindicatos), controlará a lxs desposeídxs (por medio de los “movimientos sociales” piqueteros), tendrá el control del Estado (para disciplinar no sólo a lxs asalariadxs y lxs desposeídxs sino a la burguesía urbana y rural). Antes de gobernar, también Alberto Fernández y Cristina Fernández se propusieron hacer de Peronia un país “seguro” y “ordenado”. ¿Remember lectorxs? Decía el actual presidente de Peronia en septiembre de 2019: “como estamos muy mal nos vamos a tener que poner de acuerdo entre todos: los que producen, los que trabajan y los que conducen el Estado” (Página/12, 12/9/2019), es decir: un “pacto social” entre la patronal (“los que producen”), los sindicatos (que monopolizan la representación de “los que trabajan”) y el gobierno peronista (“los que conducen el Estado”) contra la clase obrera que es la única productora de la riqueza social. En 2023 Unión por la Patria también quiere concretar un “pacto social” (que en palabras de Massa, reiteramos, es un “gobierno de unidad nacional”): “la Argentina que viene es la del abrazo, […] de empresarios y trabajadores sentados a la misma mesa construyendo la suma de capital y trabajo.  […] La grieta se murió, […] soy de los que creen en el diálogo, soy de los que creen en los consensos” (textuales dichos en el acto público triunfal del 22/10/2023).

Lamentablemente, y a diferencia de La Libertad Avanza y de Juntos por el Cambio, la alianza Unión por la Patria no presentó un programa electoral con propuestas de gobierno (el mamarracho presentado ante la Cámara Electoral es pura sarasa), pero por medio de algunas notas periodísticas y de los dichos de Massa y su posible “equipo de gobierno” sabemos que se viene el látigo sobre la clase trabajadora y el conjunto de la población. Muchas veces la “esencia” programática consuetudinaria (no escrita) se personifica en algún personaje. El programa de la burguesía (y del partido del orden —el peronismo— que lo vehiculizaría) lo expresa Guillermo Nielsen. Como diría Milei, Nielsen es “casta” concentrada: fue secretario de finanzas de la nación durante los gobiernos de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner (2002-2005), embajador en Alemania durante el gobierno de Cristina Fernández (2008-2010) y, durante el vigente gobierno de Fernández-Fernández, fue presidente de YPF y actualmente es embajador en Arabia Saudita, Yemen y Baréin. Como vimos, su prontuario revela que es un hombre de partido (del orden). Más interesante es tener en cuenta que es un hombre de Massa y de su armado político, el “Frente Renovador” peroncho. Ya se cumplieron diez añitos de su incorporación al Frente Renovador, espacio por el que en 2015 intentó morder con el cargo de legislador del Parlasur (no resultó electo). Pero más interesante aún es recordar que Nielsen fue asesor económico del otrora candidato a presidente Alberto Fernández. Bien, ¿qué proponía Nielsen a mediados de 2019 como portavoz de Alberto Fernández? “La discusión pasa por la estructura de la economía argentina, que incluye la reforma previsional y la reforma laboral” (Noticias, 26/6/2019); y Alberto Fernández refrendaba sus dichos: subir la edad jubilatoria “es un tema que merece algún estudio” (iProfesional, 1/7/2019). Sobre la reforma previsional poco conocemos (sí sabemos que, a juzgar por las críticas a Milei, no estaría dispuesto a reinstalar las AFJP), pero en el discurso ganador del 22/10/2023 Massa dijo que quiere “convocar a la construcción de un régimen laboral moderno”.  Decíamos que Nielsen personifica la esencia programática de la clase dominante y del peronismo, y Massa también dejó en claro dicha personificación el 12/11/2023, cuando en el debate televisado dijo que “entre 2013 y 2015 venías [Milei] a las oficinas del Frente Renovador con Nielsen y [Diego] Giacomini a acompañarme”. Más interesante aún: en 2019 Nielsen, Milei y Giacomini coincidieron en un “Congreso Internacional de Ciencias Económicas” en la universidad privada donde estudió Massa (Universidad de Belgrano); allí los tres acordaron que “la economía va a una hiperinflación”, que “el país está perdido en una crisis, con una moneda agonizante”, que hay que “modificar la estructura impositiva a una que nos lleve al crecimiento” (Nielsen) y “bajar el gasto público en 15 puntos porcentuales del PBI y la presión tributaria en 10 puntos” (Milei y Giacomini) (El Cronista Comercial, 11/4/2019). La cercanía entre Massa y Milei era tal en 2019 (luego de seis años de diálogo fluido entre ambos), que Nielsen se vio obligado a desmentir los rumores que aseguraban que Milei se incorporaría a un eventual (aún no habían acontecido las elecciones presidenciales) gobierno de Alberto Fernández: “somos amigos, hablamos de la economía argentina y comparamos cifras” (El Cronista Comercial, 29/5/2019). Así, por medio de Nielsen, se iluminan ciertos claroscuros…

El partido del orden implementó cambios fundamentales durante la década de 1990: reforma laboral, reforma del Estado, inversiones en infraestructura. 30 años después, el mismo partido del orden quiere (necesita, lo pide la lógica del Capital) implementar cambios fundamentales. Es el programa de la burguesía, es el programa del peronismo. En el transcurso del último lustro de la década de 2020 sabremos si finalmente se habrá implementado o no.

ADENDA I: un futuro presidente fullero

A mediados de 2023, la vicepresidente Cristina Fernández calificó a Massa de fullero. La calificación es precisa: Massa es un fanfarrón que se jacta de hacer trampa y engañar. La fullería argenta está muy bien retratada en el largometraje Nueve Reinas, pero Massa no es un personaje de ficción. En el debate televisado del 12/11/2023, Massa dijo que quiere crear dos millones de puestos de trabajo, pero el gobierno que integra —y del que es ministro de economía desde hace más de un año— no creó nuevos empleos (Milei le recordó que desde 2011 el empleo privado está estancado en torno a los seis millones de puestos); chicaneó al candidato a presidente por La Libertad Avanza diciéndole “le vas a eliminar el derecho a la indemnización a los trabajadores”, pero en Peronia alrededor de la mitad de las personas ocupadas están empleadas de manera informal, es decir: la indemnización no es un “derecho” de todxs lxs trabajadorxs; en su última intervención, ante la pregunta “¿Por qué quiere ser presidente?”, Massa respondió que quiere presidir el país para que los “trabajadores recuperen ingreso”, sin embargo sabemos que en su gestión no hubo ninguna recuperación del ingreso, y ya hemos visto que lo que se viene es un massazo a lxs trabajadorxs, vía devaluación del peso y suba de tarifas de servicios públicos. Todavía más: Massa habla de “educación pública y de calidad”, pero la educación pública en Peronia es de muy baja calidad; Massa plantea como “objetivo” que lxs niñxs terminen tercer grado de la primaria sabiendo leer, cuando hace 30 años cualquier persona sabía leer al completar primer grado; propone crear “más universidades”, pero las creadas en los últimos 30 años albergan a personas semiágrafas que no comprenden textos elementales que tres décadas atrás entendía cualquier estudiante de escuela secundaria (la fullería del candidato a presidente de Unión por la Patria también fue señalada por Milei, cuando le dijo que el analfabetismo campea y que el mismo Massa —quien se jacta de defender la educación estatal universitaria—, se recibió de abogado en una universidad privada).

En El legado del bonapartismo. Conservadorismo y quietismo en la clase obrera argentina (1964), Milcíades Peña compendió/amalgamó la fullería de la Argentina y del peronismo: «La Argentina es el país del “como si”. Durante muchos años lució como si fuera un país moderno en continuo avance, pero en realidad iba quedando cada vez más atrasado respecto de las naciones industriales; luego, desde 1940 hasta 1955, pareció como si la población toda se tornara cada vez más próspera, pero en realidad el país se descapitalizaba velozmente día tras día, y mientras se iba quedando sin medios de producción se atiborraba de heladeras, de telas y de pizzerías. Precisamente, el peronismo fue en todo y por todo el gobierno del “como sí”. Un gobierno conservador que aparecía como si fuera revolucionario; una política de estancamiento que hacía como si fuera a industrializar el país; una política de esencial sumisión al capital extranjero que se presentaba como si fuera a industrializar la nación, y así hasta el infinito». Así fue y así es: así será con Massa.

Adenda II: prontuario de Sergio Tomás Massa

«Un gobierno de Sergio Massa va a tener una impronta menemista y una impronta kirchnerista, una manera de llamar la atención a los entusiastas kirchneristas por Massa es poniendo delante una figura camaleónica o que nos coloque frente a una opción menemista. Es una síntesis porque Massa tiene la picardía de Menem y lo despiadado de Néstor. A su vez es una síntesis porque me da la impresión [de] que Massa, en sus ideas, se coloca en un movimiento hacia el centro derecha», señaló el sociólogo Juan Carlos Torre (Perfil, 9/11/2023).

Torre, estudioso del peronismo, nos introduce en el prontuario de Massa, que aquí presentamos sobre la base de un artículo publicado en un medio chileno (“Perfil: 20 cosas que hay que saber de Sergio Massa, el ministro de Economía y candidato oficialista que logró un inesperado primer lugar”, Ex-Ante, 22/10/2023), y que corregimos (sin indicar las correcciones) —ya que algunas informaciones son incorrectas— y completamos (por medio de aclaraciones entre corchetes) gracias a información recogida en chequeado.com.

1.- Origen y familia. Sergio Massa (51 años) nació el 28 de abril de 1972 en San Martín, localidad de la provincia de Buenos Aires. Hijo del empresario de la construcción Alfonso Massa y Lucía Cherti —quien cumplía labores como ama de casa—, sus estudios primarios y secundarios los cursó en el Colegio Agustiniano de San Andrés [San Martín, provincia de Buenos Aires]. Sus padres son originarios de la localidad siciliana de Niscemi.

2.- Militancia política en la UCeDé. Durante sus años en el colegio, comenzó a militar en la UCeDé (Unión de Centro Democrático), partido liberal de derecha fundado por el ya fallecido Álvaro Alsogaray en la década del 1980. Allí, fue asesor del concejal por San Martín Alejandro Keck. Entre 1994 y 1996, llegó a ser presidente de la juventud de ese movimiento en la provincia de Buenos Aires.

3.- Estudios interrumpidos y titulación de abogado. Cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Belgrano (ubicada en la ciudad de Buenos Aires) entre 1990 y 1994, pero congeló sus estudios poco antes de terminar. Recién los retomó en 2012, para finalmente titularse como abogado en 2013 cuando ya era alcalde de la localidad de Tigre. “Lo más valioso es la satisfacción de mis viejos”, dijo en ese momento.

4.- Llegada al peronismo. En 1996, durante el segundo mandato de Carlos Menem, comenzó su militancia en el peronismo, luego de que la UCeDé decidiera apoyar (ya desde el primer mandato de Menem) al gobierno peronista. Con la ayuda del dirigente sindical Luis Barrionuevo, llegó a trabajar en una subsecretaría del Ministerio del Interior y se convirtió en asesor del cantante y político Ramón “Palito” Ortega cuando se desempeñó como secretario de Desarrollo Social entre 1998 y 1999.

5.- Casado con Malena Galmarini y con dos hijos. Con su llegada al justicialismo, conoció a la diputada peronista Marcela Durrieu. Ella, junto al exsecretario de Deportes del gobierno de Menem y exdiputado Fernando Galmarini, son los padres de Malena Galmarini (48 años), la esposa de Massa. Con ella se conoció en 1996, se casaron en 2001 y tienen dos hijos: Milagros y Tomás. Licenciada en Ciencias Políticas, Galmarini fue concejal de la localidad de Tigre y resultó electa como diputada de la provincia de Buenos Aires, escaño que dejó para asumir la presidencia de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), cargo que ejerce actualmente.

6.- “Emparentado” con la farándula y el fútbol. El suegro de Sergio Massa es pareja de la exvedette y figura del espectáculo argentino Moria Casán, mientras que su cuñado es el exfutbolista Martín Galmarini, quien jugó en Tigre y River Plate y tiene el récord absoluto de partidos disputados en la historia de Tigre, desde donde se retiró el año pasado. De hecho, Massa es fanático de ese club y de San Lorenzo de Almagro.

7.- Diputado provincial. El primer triunfo electoral de Massa ocurrió en 1999 cuando logró, con 27 años, ganar un escaño como diputado provincial de Buenos Aires [por la Primera Sección Electoral, ya como integrante del Partido Justicialista] convirtiéndose en el legislador más joven de la cámara local. En 2001 y, tras su boda con Galmarini, se trasladó a la localidad bonaerense de Tigre, que será clave en su trayectoria política.

8.- Cargo clave con Duhalde y Kirchner. Tras la profunda crisis política y económica que terminó con la renuncia del Presidente Fernando de la Rúa en diciembre de 2001 y la llegada al poder del peronista Eduardo Duhalde en enero de 2002, el nuevo mandatario lo designó a cargo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), tras recomendación del suegro de Massa, quien fue asesor de Duhalde. Néstor Kirchner, quien ejerció la presidencia entre 2003 y 2007, lo ratificó en ese puesto.

9.- Renuncia como diputado. Participó en las elecciones legislativas de 2005 pero, pese a que resultó electo como diputado nacional por el kirchnerista Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires, renunció a su escaño para seguir con sus labores a cargo de la ANSES.

10.- Alcalde de Tigre y jefe de gabinete de Cristina K. De la mano del Frente para la Victoria, en el año 2007 fue elegido alcalde de la localidad de Tigre (norte del conurbano bonaerense), donde históricamente el peronismo no había obtenido buenos resultados. Sin embargo, renuncia temporalmente a la alcaldía para asumir, en julio de 2008, como jefe de gabinete de la presidente Cristina Fernández, tras la renuncia precisamente de quien hoy es presidente de Peronia: Alberto Fernández, quien ocupaba ese cargo desde 2003.

11.- Roces con el kirchnerismo. Como jefe de gabinete tuvo que presentar el proyecto de re-estatización de Aerolíneas Argentinas. En ese cargo, fue incluido en las listas del Frente para la Victoria en las elecciones legislativas de 2009 como candidato testimonial a diputado nacional, pese a que a él no le entusiasmaba la idea. El mal resultado del kirchnerismo en esos comicios y las crecientes tensiones especialmente con el entonces expresidente Néstor Kirchner provocaron el distanciamiento de Massa, quien renunció a la jefatura de gabinete y volvió a la alcaldía de Tigre en julio de ese año. En 2011 fue reelegido intendente con más del 73% de los votos.

12.- 2013: el año clave. Con la base política que había formado en 2010 con un grupo de alcaldes, en 2013 fundó su propio movimiento, el Frente Renovador, con el cual se presentó como candidato a diputado en las elecciones legislativas de ese año, que resultaron clave para su carrera política. Massa ganó con holgura los comicios (43,95% de los votos), superando por más de 11 puntos al Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires, quedando muy bien posicionado para las elecciones presidenciales de 2015.

13.- Candidato a la Casa Rosada. Esta vez sí asumió como diputado nacional, desde donde empezó a pavimentar su camino para las elecciones presidenciales de octubre de 2015, presentándose como una opción cercana al centro político frente al otro candidato peronista, el kirchnerista Daniel Scioli, y el candidato de la coalición de derecha Cambiemos, Mauricio Macri. En esa campaña se enfrentó directamente con el oficialismo. Llamó a “terminar con el kirchnerismo en Argentina” y señaló que “voy a ser presidente porque me da asco la corrupción, los voy a meter presos, yo no les tengo miedo, voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora que están como parásitos en el Estado”. Obtuvo el tercer lugar con un 21,35% de los votos, lejos de Macri —quien ganó la presidencia en segunda vuelta— y Scioli.

14.- Intento frustrado al Senado. Se candidateó para el Senado en 2017, con un duro discurso hacia el gobierno de Macri y hacia su exaliada Cristina Fernández. “Cuando allá en 2013 nos querían imponer el ‘Cristina Eterna’ tuvimos el valor de enfrentarla. Si vuelve a aparecer vamos a volver a frenarla” dijo en ese entonces, mientras que al gobierno de Macri lo acusó de “tapar los problemas con show”. Para esas elecciones, se alió con la socialdemócrata Margarita Stolbitzer, pero no resultó electo.

15.- Retorno al kirchnerismo y presidente de la Cámara Baja. “El fracaso de Macri es lo que nos llevó a ser Venezuela. Somos lo más parecido a Venezuela después de tres años de Macri” llegó a decir en 2019, cuando endureció su discurso opositor y cuando, después de varias negociaciones, retornó al kirchnerismo de la mano de quien se convertiría ese año en el nuevo presidente de Argentina: Alberto Fernández. “Todos tenemos que aprender de nuestros errores y entender que en nuestros errores, en nuestros fracasos, en nuestras peleas, pierde la gente” dijo en ese entonces. Fue elegido nuevamente como diputado en diciembre de 2019 en la lista peronista Frente de Todos. Allí ejerció la presidencia de Diputados hasta agosto de 2022 y, como una buena parte del gobierno, se vio salpicado en 2021 por el escándalo de la “Vacunación VIP”, ya que su padre y sus suegros integraron el listado de personas vacunadas contra el COVID-19 antes del momento que les correspondía. A fines de 2021, todos los bloques parlamentarios lo apoyaron para seguir como jefe de la Cámara de Diputados.

16.- Sorpresa futbolera a Boric. En abril del año pasado, Massa recibió al presidente de Chile, Gabriel Boric, en el Congreso argentino. Allí, en medio de la visita, le regaló una camiseta del club Tigre con la inscripción “Boric” y le dio una particular sorpresa: sabiendo que el mandatario es hincha de Universidad Católica, le contó que lo llevaría a conocer a Néstor Gorosito, jugador argentino ícono del club chileno. Al día siguiente se concretó el encuentro, donde también estuvo otro ídolo de Universidad Católica: el delantero Alberto Acosta.

17.- “Súperministro”. En medio de la crisis económica que vive Argentina, en agosto de 2022 Massa asumió como “Súperministro”, cartera que absorbió los ministerios de Economía, Desarrollo Productivo, y Agricultura, Ganadería y Pesca. Sin embargo, las cifras no lo han acompañado: en los 13 meses que lleva Massa a cargo, la inflación interanual saltó del 78,5% al 138,3%. Según el Banco Mundial, la economía del país caería un 2,5% este año, el peor desempeño en Sudamérica.

18.- Visita a Chile. En marzo pasado, Massa estuvo en Chile para reunirse con el directorio del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que aprobó dos préstamos por un total de 840 millones de dólares para Peronia con el fin de financiar un proyecto ligado a un gasoducto y el Programa para la Promoción del Modelo Social de la Discapacidad.

19.- Candidato presidencial del oficialismo. En un hecho sorpresivo, a fines de junio se confirmó que Sergio Massa sería el candidato del oficialismo a la Casa Rosada para las elecciones presidenciales, desplazando a Eduardo “Wado” de Pedro, candidato de la vicepresidente Cristina Fernández, en lo que ha sido interpretado como un duro golpe para ella y el kirchnerismo, al punto que figuras cercanas a ese sector, como el periodista Víctor Hugo Morales, han calificado a Massa como “candidato de la derecha”.

20.- Cómo llegó a las elecciones del 22 de octubre y su triunfo inesperado. Su coalición oficialista obtuvo el tercer lugar en las elecciones primarias obligatorias de agosto, con un 28,88% de las preferencias. De acuerdo con un promedio de las últimas encuestas realizadas entre el 14 de septiembre y el 14 de octubre, Massa obtenía un promedio de 30,4% de intención de voto, ubicándose en segundo lugar tras el libertario Javier Milei, que tenía el 34,6%. Sin embargo, su desempeño electoral fue mucho mejor de lo esperado, superando al candidato libertario, obteniendo más del 36% de los votos.

Adenda III: el peronismo del siglo XXI como populismo de clases medias

Recientemente se viralizó en la red social TikTok el testimonio de un joven que habita en el conurbano bonaerense:

«En José C. Paz la mayoría no tenemos agua corriente, sacamos agua de un pozo, la mayoría no tenemos cloaca, tenemos pozo ciego […]. Yo no le tengo miedo a que asuma Milei y perder derechos, porque ¿qué derechos vamos a perder? […] ¿Por qué no sacan el país adelante ahora? ¿Por qué Massa no toma las riendas si es ministro de Economía? […] Que venga un político a hablarme de humildad a mí, no sabe lo que significa la palabra humildad, porque son todos cínicos. Sin ir más lejos el intendente de José C. Paz [Mario Ishii], qué realidad vas a ver de que salís y te cagan choreando si el chabón ni vive acá, vive en Pilar [en un lujoso barrio cerrado].» (MDZ, 12/11/2023).

¿Se sabe si el joven es activista orgánico del espacio político de Milei? No importa. Sí importa su testimonio porque expresa la realidad que el progresismo peroncho niega. En efecto, la lengua popular del joven habla de la miseria estructural que persiste desde hace décadas en Peronia, ese país del “como si” al que aludía Milcíades Peña. Para el/la/lx activista progre que votará a Massa (incluido el/la/lx progre trosko/a/x), “Milei viene por tus derechos”… derechos que el joven de José C. Paz nunca tuvo.

La socióloga Maristella Svampa caracterizó al peronismo hegemónico del siglo XXI como “un populismo de clases medias que pretende monopolizar el lenguaje del progresismo en nombre de las clases populares […]. Si antes las políticas de cuño progresista avanzaban en forma geométrica y las fronteras del despojo y la precariedad lo hacían en progresión aritmética, hoy la relación es inversa” (La década kirchnerista: populismo, clases medias y revolución pasiva, 2013). Mientras el progresismo defiende el uso del lenguaje “inclusivo” (cuando ni siquiera la mayoría de los/las/lxs progres domina el lenguaje “tradicional”), las escuelas secundarias públicas (que, salvo las que dependen de universidades, son de pésima calidad) y los hospitales estatales (que están abarrotados y desalientan la atención preventiva de lxs desposeídxs, hospitales a los que el/la/lx progre no asiste porque —como acuñó la lengua popular— son “jipis con OSDE”—), en los barrios populares (donde las calles son de tierra y el alumbrado público es escaso o inexistente) lúmpenes le roban a trabajadorxs lo poco que tienen.

Empatizamos con lxs desposeídxs que al votar a Milei desnudan las contradicciones de la democracia y del capitalismo; lxs invitamos a contactarnos para que abracen realmente las ideas libertarias que EMANCIPACIØN propala y lxs decimos: sólo en el comunismo anárquico la libertad avanza.

Adenda IV: la izquierda peroncha

En las páginas de EMANCIPACIØN nos hemos referido al trotskismo argento como izquierda peronista. Así, recientemente señalamos cuán peronista es el trotskismo (leer Una izquierda peronista (FIT-U) temerosa del avance de la “derecha”: a propósito de una convocatoria). Ahora, a  escasos días del balotaje presidencial, el trotskismo argento blanqueó que integra la izquierda peronista.

Aclaración preliminar: en el balotaje de 2015 (Scioli vs. Macri), el FIT (PTS, PO, Izquierda Socialista) llamó a votar en blanco; mismo llamamiento hizo el MST (que entonces no integraba el FIT, y que desde su incorporación el frente electoral trotskista se llama FIT-U). Sin embargo, de cara a la segunda vuelta presidencial del 19/11/2023, casi todo el trotskismo (particularmente el que tiene mayor peso electoral) llama a votar al peronista Massa. Veamos.

Izquierda Socialista (en el FIT-U) expresó sin tapujos que hay que votar a Massa —aclara que “llamar a votar críticamente por Massa no significa darle aval ni apoyo político; lo hacemos desde una política de independencia de clase” (¡¿?!)—.

El MST (en el FIT-U), que tiene experiencia en alianzas electorales con el peronismo (en el pasado armó una coalición electoral con el peroncho Proyecto Sur que orientaba Pino Solanas, quien como funcionario del gobierno Fernández-Fernández murió en Europa en 2020), llama a no votar a Milei y a no votar en blanco; sin embargo, como no propone votar nulo o no ir a votar, es obvio que propicia el voto a Massa: “Nuestra primera definición es llamar a los trabajadores y jóvenes a NO votar a Milei y su reaccionario proyecto antiderechos y negacionista al cual hay que ponerle un freno. A la vez, sobre la base de que no son proyectos iguales, entendemos la voluntad democrática de quienes votaron a Massa para que no gane Milei, por lo tanto, no llamaremos al voto en blanco ni haremos campaña en ese sentido”.

El PTS (en el FIT-U) llama a “no votar a Milei”, pero, a diferencia del balotaje de 2015 (Scioli vs. Macri), no llama a votar en blanco; al mismo tiempo, dice “no avalar” ni darle a Massa “ningún apoyo en el balotaje”, es decir: invita a votar a Massa, ya que no expresa inequívocamente (como sí apunta respecto del voto a Milei) no votar a Massa.

“No apoyamos políticamente ni votamos a Milei ni a Massa” dice el PO (en el FIT-U). Aun así, nada dicen de “abstención electoral” (no ir a votar), “voto nulo” o “voto en blanco”.

El Nuevo MAS (que no integra el FIT-U aunque pretende integrarlo en algún momento), implora “no votes a Milei” y aclara: “salvo a Milei, que los votantes elijan libremente su opción”, es decir, invitan a votar a Massa, ya que Unión por la Patria es una de las opciones si no se vota a La Libertad Avanza.

Podríamos extendernos sobre una minuciosa caracterización del trotskismo, pero excede el objetivo de esta nota. Sólo diremos dos cosas más y pasamos a otra adenda:

A) Históricamente, el trotskismo simpatizó con el peronismo. Las raíces están en el estatismo-nacionalismo del trotskismo, claro está. Por eso hace más de 50 años —en 1971— Francisco Fernández desde Madrid decía en Alarma:

«En Argentina, los grupos trotskizantes de las publicaciones Política Obrera [predecesor de los actuales Partido Obrero y Política Obrera], La Verdad  [predecesor de los actuales PTS —que deriva del MAS, pero que rompió con la corriente “morenista”—, MST, Izquierda Socialista y Nuevo MAS] y El Combatiente [PRT-ERP] se encuentran en crónico estado de postración ideológica. Como siempre se trata de claudicar, su objetivo más inmediato es el peronismo, especialmente para el primer grupo. El segundo ya es parte del peronismo (Moreno-Molinier y otros) y el tercero se las da de tupamarista, guevarista y otras bascosidades. Política Obrera tiene la clásica política de “desenmascaramiento” del liderato peronista en los sindicatos a través del tal Programa de Transición, del “frente único” con stalinistas, pekineses [maoístas] y peronistas, etc. Lo que sucede siempre es lo inverso: el aparato sindical peronista se los “gana” a ellos. En otras palabras, se los zampa como Frankenstein a los niñitos. [Nahuel] Moreno, que políticamente es un niñito retardado —un cretino—, puede atestiguarlo. En mayor o menor grado, todos esos grupos argentinos son castristas. La casta archireaccionaria de La Habana es para ellos “socialista”, y se refieren al tiranuelo [Fidel] Castro como “compañero” [Myriam Bregman, del PTS, considera que el actual gobernador peronista de la provincia de Buenos Aires —Axel Kiciloff— y el católico peronista exprecandidato a presidente —de quien fue ¿o aún es? abogada— Juan Grabois son compañeros—]. Pese a este efluvio de cordialidad bizantina, la canalla castrista no desperdicia oportunidad para conectar, abierta o solapadamente, al trotskismo con el imperialismo yanqui. Preguntadle al peronista-trotskista Jorge Abelardo Ramos lo que dijeron de él los escritorzuelos a sueldo de La Habana cuando se atrevió a criticar la “teoría” del “foco”. ¿Es necesario recordar también las puercas insinuaciones del “compañero Che” sobre el trotskismo cubano hechas al periódico chileno Última hora? ¿Hacen falta más ejemplos?»

B) Si militás en alguna secta trotskista y creés que sos anticapitalista y comunista, rajá de ahí y contactanos (el solo hecho de que estés leyendo este artículo da cuenta de tus ganas de alfabetizarte en términos comunistas anarquistas).

Adenda V: más allá de la democracia

Las categorías “derecha” e “izquierda” interpelan a quienes abrevan de un acuerdo político general. Ese acuerdo político general más acabado se llama “democracia”. Contenidas en la democracia, las versiones políticas “conservadoras” son vistas como de “derecha” mientras que las visiones “progresistas” son percibidas como de “izquierda”. No siempre, aunque sí generalmente, la contienda electoral es el privilegiado ámbito de confrontación que permite el consenso democrático, más allá del tipo de “democracia” (parlamentaria, presidencialista, etc.) adoptado por determinado Estado. Entendido esto, se comprende perfectamente por qué en el circo electoral unos payasos que se autoperciben de izquierda combaten a la “derecha” mientras otros payasos que se reclaman de derecha combaten a la “izquierda”.

Ahora bien, ¿es EMANCIPACIØN un grupo de “izquierda”? No. Somos comunistas anarquistas. Estamos en contra de la democracia porque estamos en contra del Capital y el Estado. Por eso no participamos voluntariamente del circo electoral, así como no participamos voluntariamente de los sindicatos y de otras mediaciones/instituciones/relaciones sociales capitalistas. No sólo apostamos a la autoactividad proletaria en las luchas no revolucionarias sino también durante la revolución social (que, cuando acontezca, aspiramos a comunizar y anarquizar en acto).

A quienes nos inquieren “¿qué hacer?” en estas (y en anteriores y venideras) elecciones les respondemos invariablemente: no vayan a votar, y si van (por temor a sanciones estatales, ya que en Peronia el voto es obligatorio y se penaliza a quienes no sufragan) voten nulo.

ADENDA VI: como decía Tusam… “puede fallar”

Si bien intuimos un triunfo —ajustado— de Massa sobre Milei, existe la probabilidad de que Milei pueda ganarle —por estrecho margen— a Massa.

Si es electa la fórmula Milei-Villarruel, adelantamos que les será muy difícil (si no imposible) plasmar su plataforma electoral. La Libertad Avanza no es el partido del orden. No sólo no es el partido del orden, sino que ese espacio está inficionado de peronistas afines a Massa (el mismo candidato de Unión por la Patria blanqueó en el último debate presidencial televisado —lo dijo dos veces en menos de una hora— que en el pasado Milei simpatizaba con el Frente Renovador, y éste no lo desmintió) y saltimbanquis que hasta hace poco integraban alianzas nac&pop (Ramiro Marra, por caso, en 2019 fue candidato a senador por Consenso Federal, coalición integrada por referentes del massismo donde se destacaban los peronchos Roberto Lavagna y Juan Schiaretti); peronistas que, aun si no se borocotizan explícitamente, podrían complicarle la labor política a un eventual gobierno de La Libertad Avanza. Más allá del riñón “liberal libertario”, el partido del orden, por medio de los sindicatos y los movimientos piqueteros, algún escollo pondrá. Al mismo tiempo, el Parlamento estará diversificado, con parte del herido espacio Juntos por el Cambio dividido (una fracción de la UCR y del PRO será “anti-Milei”, la Coalición Cívica dice ser anti-Milei, etc.), con un sector importante pero no mayoritario de bancas obtenidas por La Libertad Avanza, y un sector importantísimo que responde al partido del orden: esta situación también dificultará la actuación gubernamental de un posible Poder Ejecutivo “libertario”. Respecto de la burguesía, el sector “pyme” no le tiene simpatía, y a la gran burguesía no le termina de cerrar su propuesta política macro (en cuanto a lo “económico”, sectores de la gran burguesía ven con buenos ojos a Milei, pero otros decididamente no). Por último, y no menos fundamental, el espacio La Libertad Avanza (a diferencia de Unión por la Patria) tiene nula vocación de diálogo/consenso, con una fuerte carga ideológica reaccionaria de parte de sus integrantes, situación que hará difícil la tracción de otros sectores políticos hacia sus posiciones.

Aun si Massa no es ungido presidente, en este artículo privilegiamos centrarnos en el partido del orden (hoy aglutinado en el frente electoral Unión por la Patria que —es una buena ocasión para señalarlo— integra el Partido Comunista y el Partido Comunista Revolucionario) porque el peronismo es el principal enemigo de la clase obrera y de lxs desposeídxs en este país llamado Peronia (antes conocido como “Argentina”).

2 comentarios sobre “Elecciones presidenciales 2023: “más orden, más seguridad” en Peronia

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